A los 46 años, a Marie le diagnosticaron un carcinoma que la obligó a protegerse del sol. Descubra su historia y sus soluciones.
Tengo la piel oscura y hasta hace poco me bronceaba con bastante facilidad. Practicar senderismo, esquiar y trabajar al aire libre durante muchos años hacía que estuviera bronceada casi todo el año (y me quedé con algunas quemaduras solares en la adolescencia).

A los 46 años apareció un carcinoma: mi capital solar se había agotado y ya no podía exponerme al sol. Localizado en la cara, la operación la realizó un cirujano plástico. Buscaba ropa que me cubriera la cara y me protegiera del sol para poder seguir haciendo senderismo.

Es bastante fácil encontrar ropa deportiva en tiendas especializadas. Es mucho más complicado encontrar «ropa de calle», más adaptada al mundo profesional, o simplemente ropa divertida para llevar en verano. Descubrí Ker Sun gracias a un artículo de Le Dauphiné Libéré. Mi guardarropa se compone ahora de blusas, camisetas de manga larga, sombreros, etc.: todo pensado para protegerme del sol sin dejar de estar guapa.

La mayoría de la gente que me rodea no se da cuenta de que llevo ropa adaptada. Lo descubren cuando me siento sistemáticamente a la sombra en una terraza o se sorprenden de que solo lleve manga larga en pleno verano. Les explico la situación y les invito a que se cuiden y no esperen a tener que hacerlo. Me resulta fácil hablar de ello con la gente, sobre todo con los más jóvenes. Espero que se protejan más del sol para poder disfrutarlo durante mucho tiempo.

Marie

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